PELÍCULAS

“La dedicación de Antonio hace posibles nuestras ilusiones y da cauces internacionales a los que, pensado y vivido en España, recorre luego el mundo con la garantía y el aval de este Grande el arte nacional que se llama Antonio”

Muy poca gente puede ser conocida en todo el mundo con tan solo pronunciar su nombre. Antonio Ruiz Soler no necesitó apellidos para llegar a la cima del éxito. Bailarín y bailaor, coreógrafo, director, empresario o actor fueron algunas de las profesiones que desarrolló, todas de manera brillante.

Antonio supo muy bien cómo publicitarse, pero la modestia y la prudencia no brillaron tanto como otras de sus virtudes. El resultado es que esa parte de su vida haya eclipsado en cierta manera el enorme legado artístico y cultural que representa.

Lo de Antonio es inexplicable. Quizás el artista más internacional de nuestro país, el embajador de una España cuando la imagen de ésta era la de una dictadura, un toro sangrante en el albero o un poeta fusilado en un barranco. En una época en la que gran parte de la intelectualidad española estaba exiliada en Francia, México o Argentina, él tenía billete de ida y vuelta para difundir la cultura española desde Hollywood hasta la URSS.

Su despedida de este mundo no estuvo a la altura. Es hora de resarcir la memoria de uno de los genios del siglo XX, de recopilar su trabajo y crear un gran documento audiovisual que deje constancia que en España hubo un hombre único al que todos conocían por Antonio, para más señas, el bailarín.